EL PODER DEL AGRADECIMIENTO: CÓMO CONVERTIRLO EN UN HÁBITO QUE TRANSFORMA TU BIENESTAR (Y EL DE TU FAMILIA)
- Implementa tres hábitos sencillos para fomentar la gratitud en tu vida
- Estudios sobre los beneficios de la gratitud demuestran que mejora el estado de ánimo, proporciona una mayor satisfacción general y aumenta los vínculos intrapersonales.
Sentirse agradecida…
… mejora el estado de ánimo,
… y fortalece la convivencia y el bienestar familiar.
La gratitud, más allá de verbalizar un “gracias” cuando alguien hace algún gesto o acción en nuestro beneficio, es una emoción y hábito muy saludable que se puede educar y que nos hace sentir la vida con más plenitud.
Los últimos años se han realizado estudios que demuestran que el agradecimiento mejora la autoestima y la empatía.
Otros beneficios psicológicos son que aumenta el bienestar subjetivo y la satisfacción con la vida, reduce síntomas de ansiedad, estrés o depresión leve y favorece la alegría, el optimismo o la calma. En lo social mejora las relaciones personales y favorece conductas prosociales; y a nivel físico puede llegar a mejorar la calidad del sueño, el sistema inmune o aumentar la energía física.
En los trabajos realizados con familias yo misma he observado que el agradecimiento mejora la autoestima de los receptores del mismo y favorece la sensación de plenitud y la percepción de ser afortunado a quien lo practica.
La buena noticia que es que “el agradecimiento no es solo una emoción, es un músculo que se entrena. Cuanto más lo practicas, más fortalecido está y más notas sus beneficios.”
Para fomentarlo propongo 3 actividades que potenciarán el agradecimiento en el día a día de las personas y las familias:
1. Escribir un diario de agradecimiento
Se trata de dedicar cada día un par de minutos a parar y reflexionar sobre qué puedo sentirme agradecido hoy. Es recomendable hacerlo siempre en un momento concreto del día para fomentar el hábito; por ejemplo, al despertar o justo antes de ir a dormir. Este pequeño gesto, que puede registrar cosas tan sutiles como haber sentido el sol en la cara esta mañana, agradecer a tu cuerpo, estar sano o a alguna persona un gran favor, es muy beneficioso. El mercado está lleno de diarios de agradecimiento, pero se puede hacer en cualquier libreta.
2. Dar las gracias a alguien
Concederse una pequeña pausa a la reflexión para tomar conciencia de a quién estás agradecido en tu vida por algo y hacérselo saber es un ejercicio muy saludable.
El gesto puede ser una simple nota, un detalle en forma de ramo de flores, chocolate o una larga carta. Se puede agradecer a alguien cercano, desconocido o incluso alguien querido que ya no está, pero materializar ese “gracias” aunque no se pueda entregar físicamente hace mucho bien a la persona agradecida.
3. Hacer una caja de gracias (Thanks box)
Una actividad familiar preciosa que fomenta el agradecimiento es la “caja de gracias”. Se trata de coger una caja y con los hijos, decorarla y ponerla en un lugar visible de la casa. Junto a ella papelitos y algo para escribir. A lo largo de la semana, cada vez que algún miembro de la familia se siente agradecido, coge un papelito, lo escribe y lo mete en la caja. Se establece un día de la semana donde se abre y comparten todos esos momentos entre todos.
Esta actividad fomenta poner el foco en las muchas cosas que podemos agradecer a nuestros seres queridos. ¡Vale todo!, un: “gracias por acercarme al cole hoy que iba con prisa”, “gracias por comprarme mi helado favorito”, “gracias por el abrazo que me has dado al llegar, hoy lo necesitaba mucho”.
Cualquier actividad que ponga el foco en aquello por lo que podemos sentirnos agradecidos estará bien.
De momento… GRACIAS por haber leído hasta aquí 😉
Me ha gustado tu escrito. Gracias 😉